El Consumo de Pollo Tuvo Su Década Ganada y Cierra un Año Récord con 44 kg Per Cápita
2 diciembre, 2014 | Posted by Alejandra Colmenares under Aves y Granja, Bienestar Animal, Calidad, Capital Humano, Noticias del Mundo, Producción Animal, Sudamérica |
Durante los 90´ la demanda promedio de carne de pollo no llegaba a los 11 kilogramos por habitante. Tras la crisis de 2001/02, el consumo doméstico de pollo promediaba solo 17,60 kilos por habitante y año. Desde entonces, el consumo fue creciendo. Llegó a 21,4 kilogramos per cápita en 2004, a 28,8 kilogramos por habitante en 2007 y escaló hasta los 34,7 kilogramos en 2009.
A partir del 2012 llegó a los 42 kilogramos por habitante, cayó a 40,5 kilogramos en 2013 y este año según las estadísticas y el repunte de consumo que hubo desde julio, llegó al récord de 45,9 kilogramos en octubre, pero cerrará el 2014, con un consumo promedio de 44 kilogramos por habitante, un consumo inesperado hasta ahora y que anticipó en 2 años el previsto por la industria avícola recién para el 2017.
Hay que tener en cuenta que la carne más consumida en el país, la de vaca, bajó de 63,3 kilogramos por año, entre enero-octubre de 2013 a 59,2 kilogramos en los primeros diez meses de 2014, es decir que cayó 6,4% interanual.
En el 2004, cuando el consumo de carne de pollo era de 21,4 kilogramos, se consumían 63, kg de carne vacuna per cápita, con lo cual en la actualidad los datos estadísticos reflejan que el pollo más que duplicó su consumo mientras la carne vacuna tuvo un retroceso. En 2004 la relación entre el consumo de carne bovina y la de pollo era de 3 a 1 pero ahora es mucho más reducida a favor del pollo. Había en 2004, 41 kilogramos de diferencia entre el consumo de carne de vaca y la de pollo. Pero ahora, esa brecha se redujo a 15,2 kilogramos más que se consumen de vaca que de pollo.
Al cierre de este año, cada santiagueño habrá invertido en el consumo de la carne de ave, un promedio de unos $1.000 con lo cual en una familia de 4 personas, el valor de lo destinado a la compra de carne aviar, cerrará en unos $4.000.
¿Cómo termina el año para el consumo de pollos en el país?
En el año lo que estamos calculando es que vamos a terminar con unos 44 kg de consumo por habitante dado la forma en que ha crecido el consumo desde julio. Venía parejo pero desde julio en adelante todos los meses está aumentando la oferta y el consumo se está llevando todo lo que se produce, con lo cual la producción en noviembre es tan importante como en octubre y en diciembre va a ser tan importante como en los años anteriores.
¿Qué ha motorizado el consumo este año?
Fundamentalmente el precio del producto que ha estado todo el año muy parejo entre los $19 a $25 según tamaño y eventualmente alguna marca con una diferencia de otra. Pero en términos generales eso tiene que ver también con otra cosa que es fundamental: los nuevos hábitos de compra.
¿Qué ha cambiado en este punto?
Cada vez se consumen más las partes de pollo. Si bien es importante la cantidad de pollo entero que salen de los frigoríficos, al consumidor llega el pollo cortado en presas y esto tiene que ver con la nueva unidad familiar que no son familias tan grandes, con la mujer y el hombre que trabajan. Son matrimonios mayores o sin hijos donde comprar un pollo entero es un tema. Entonces, se compra una milanesa de pollo, o una pata muslo, una brochete, hay un cambio en la oferta y la demanda por parte del consumidor.
¿Este cambio del consumidor es importante?
Es importante, pero está en línea con lo que pasa en el mundo entero, no es algo nuestro. Es un paso muy importante para la industria, sin ninguna duda. Porque facilita mucho más, incluso también más allá del buen precio que tiene el producto, hay que ver en el hecho que no es necesario comprar un pollo de 2,5 kg, que quizá se pueda comprar así en $19 o sea que hay una amplitud muy grande y variedad, cuando si se va a comprar carne bovina, los cortes más económicos rondan los $35 el kilogramo.
¿Se preveía este crecimiento de la demanda?
En nuestro planes estratégicos proyectábamos para 2017 estos 44kg de consumo. Pensamos que el mercado interno crecería entre 1 a 1,5kg por año, eso significa entre 40 a 60 mil toneladas más de oferta. Pero, este año se han dado dos cosas: No aumentamos como para este crecimiento que es del orden de los 110 mil toneladas, pero estamos, hemos tenido menos participación en las toneladas para la exportación, de 2,600 mil ton de producción a 2,100 mil y hemos bajado de 376 mil ton. de exportación, estimamos a 340 mil ton. Por eso lo que no se exportó, lo está consumiendo el mercado interno.
¿Cuál es la relación del consumo local respecto de otros países de la región?
Estamos casi en el consumo de Brasil, con 47 kg. En volúmenes de producción ellos producen en un mes lo que nosotros hacemos en un año. Luego, EE.UU. tiene que estar entre 43 y 44 kg de consumo de pollo. Centro América, entre 35 a 38 kg. México por encima de los 33kg y Venezuela en 38 kg. Todos los países que dan hacia el Pacifico tienen fuerte influencia de carne de pescado. Pero Chile tiene buen consumo de pollo, de pescado, mariscos, cerdo y pavo. Produce y consume pavo. Perú también consume mucha gallina. Nosotros le exportamos la gallina que se procesa en la Argentina. Ecuador tiene producción propia entre 32 a 33 kg por habitante y Colombia del mismo modo. Lo que nos ayuda es que desde la década del 40 ya se consume 100 kg. de proteína animal por habitante, por año en la Argentina, de la cual el 90% era bovina, pero desde entonces se ha ido remplazando. En la última década ha habido un crecimiento y se ha pasado a consumir 120 kg. de proteína por año y ahí somos los que más proteínas consumimos en el mundo.
¿Cómo afectó el proceso inflacionario de este año a la industria y al consumo?
Por el tema inflacionario tuvimos la situación de alguna manera de mayor cuidado por parte de la gente, sumado a la devaluación que se dio en enero, que cambió los valores relativos en ese momento. En el inicio: enero, febrero, marzo, abril favorecieron en cuanto a poder cerrar con más tranquilidad operaciones de exportación. La devaluación no se pasó al precio porque siempre la oferta fue muy importante. El pollo es un producto de oferta y demanda. En el primer semestre estuvimos muy comprometidos porque veníamos vendiendo debajo del costo de reposición y así operamos los primeros 6 meses. A partir de setiembre los anuncios de gran cosecha de maíz y soja en EE.UU. condujeron a una baja del precio internacional del maíz y la soja y esto tranquilizo al sector y lo sacó de la línea de quebranto.
O sea que la baja externa de esos productos influyó en el precio del pollo…
Es importante y, lamentable. Porque para el país es fundamental también que haya buenos precios en maíz y soja. De haberse mantenido esos precios con estos techos de precio que el producto tiene, que se mantiene entre $13 más IVA a salida de fábrica para llegar al consumidor entre $22 y $25 el kg es difícil de sostener con los valores de maíz y soja en alza. Actualmente vamos a seguir en estos precios y seguirá la oferta abundante. Estos precios van a seguir, desde el 10 de noviembre en adelante todo huevo incubado es pollo para el mes de enero, con 10 días, 20 días, es pollo de la segunda quincena de febrero. No hay razón para que haya menos pollos. Normalmente, antes se cargaban los galpones con menos pollo por m2 pero ahora con toda la tecnología aplicada hay buenos niveles de producción.
¿Qué va a pasar con los precios en el verano?
El precio es difícil de pronosticar pero percibimos como que hay una cierta tendencia a estabilizar el tema de precios y costos. De todos modos, sabemos que el gobierno en general está revisando una serie de cosas que tiene que ver con el déficit o no del presupuesto general: la tarifa de luz, las tarifas de gas, el combustible. No tendría porqué subir porque ha bajado a nivel internacional. Pero son todas cosas que no sabemos y en marzo tenemos ya las nuevas paritarias y ahí va a ser un tema difícil, porque no tenemos muy claro qué inflación se tomará como referencia por un lado y las posibilidad de consumo y de pago. Pero, si la gente pierde poder adquisitivo va a perder consumo, así que esto es muy difícil en la situación general que podamos pronosticar el próximo año ya. Hay que ir viéndolo mes a mes y tratar de adaptarse a las circunstancias.
Fuente: El Liberal Digital
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